lunes, 31 de octubre de 2011

Ganas

Los secretos de las noches de humo.
Los gritos del alma, los anocheceres muertos, las manos con ansia y los “buenos días“ con sol y soledad. El otoño adelantado y la ropa en el suelo. El suelo mojado y los besos en los labios. Mis senos chocando con la piel, sinónimos que se pelean, antónimos que se aman. Los caminos cruzados de los cables en su sitio, los defectos que definen; eso quiero.
Los cubatas vacíos, los cafés que compartimos. Mójate los labios, mírame.
Los sueños involuntarios y las llaves de cerraduras renovadas por robo. Obras para la paz, en búsqueda de motivos, la brusquedad de un polvo en la suave sensación de hacerte el amor. Las penas nos asfixian, las penas hoy cederán a su pausa. Yo también tuve miedo así que mirémonos otra vez, abrámonos a las olas, desemboquemos en la orilla y seamos arena que se siente arropada por el vaivén del temporal.
Entiende mis suspiros, altera tu respiración y déjate rendir en mi colchón. Esta es nuestra guerra. Sálvate de mis manos pero jadea en mi amanecer.
Vamos a ser fieras bajo la tenue luz, si tu parada está en mis caderas, por favor, no pierdas el tren. Seamos inconscientes, incoherentes en los besos y cuerdas sin tensión. Utilizemos el reloj como excusa, echémonos de menos, echémonos la bronca. Eso es, discute conmigo, enfádate seis veces más.
Mira mi fotografía, imaginémonos en blanco y negro. ¿Crees que podemos despegar juntas? Vacíate conmigo, inventemos nuestros viajes, voy a llenarte hoy.
Las sonrisas que nos regalamos, guárdalas.
Dime la talla de tu sujetador y los dedos de frente que he de tener. Ahora ríete, qué estupidez, las luces del adiós se pueden apagar. Hazte esa foto conmigo, que se derrita el glaciar. Llama a la policía y cuéntale lo nuestro.
Sálvanos del precipicio, yo te caliento las entrañas, te lloro las heridas. Yo te curo los miedos, podemos soñar las mañanas y perder las noches. El sol y la luna en el eclipse de una fiesta, bailar en la vogue. Lavarnos los dientes en el baño ajeno.
Amor familiar y familias vacias. Alcohol en las venas y libros de estudio. Ama mis manías, ama mi rutina. La música nos envuelve, las manos frías del no estar paralizan, vuelve. Recuerda siempre la sinapsis que vivimos en los parques y cafés, litros y rones interminables.
Luego, lo nuestro siempre acaba, por las mañanas somos libres, no sé si entenderás mi letra, mis puntos y mis comas así que léeme tus sueños. Que nadie te comprenda demasiado, sálvate con tu secreto.


Llámame. 

lunes, 24 de octubre de 2011

Suspensivo.

Báñate en mi mar, mécete en mis olas,
no me digas adiós.

Vuelvo a empezar, perdón.

Vamos a ahogarnos,
vamos a componer, con la mano,
nuestra banda sonora,

Digo, ven, vamos a follarnos.

Sabes a miel, sabes a mí, eso es.
¿Dónde estaba Carmen?
No existe, me he perdido otra vez.

Ahora te tengo sin ropa,
Exigiéndole a ese camarero otra copa,
Ahora no te tengo,
queda inyectarse alguna droga.

Cuenta conmigo hasta tres más tres,
por ejemplo,
limpia tus labios de café,
sonríeme tu pasado.

Desliza tus dedos por la cuerda floja,
teme por nuestra existencia,
échame de menos, no se lo cuentes a nadie,
que tiemble el meridiano de Greenwich.

Sálvame, necesitaba tu sábana,
lo sabías, lo sabías.
Y me duele saberlo,
No saborearlo.

Me despido, como quien pierde el barco,
como quien se hunde,
muy lentamente,
con el hilo de voz entrecortado,
buena suerte.