martes, 28 de septiembre de 2010

Tomar impulso y fluir

En la mente la palabra limitación es relativa.
No sé si existen confines dentro del campo de la imaginación, pero este tipo de lineas que establecen barreras en la vida diaria, no debieran existir en nuestro cerebro, y si existen, quisiera traspasarlas, explorar más allá, e incluso, si es posible, derribarlas para siempre.
Observo y, continuamente nos limitamos: nosotros mismos, el sistema, la sociedad. Da igual, encontramos limitaciones en el camino, y con ésto quiero decir, limitaciones físicas, no mentales, por tanto, la mente es esa especie de mundo libre con el que sueña cualquier persona ambiciosa, con ganas de vida y con ganas de más.
Bajo nuestro cráneo se esconden mil millones de neuronas, conectando entre sí, fluyendo, organizando todo lo que surge en nosotros y en nuestro alrededor. Ellas nunca descansan, ni siquiera cuando dormimos, siguen trabajando, y realmente lo hacen sin límites en ese campo de batalla del soñar. Siguen, interaccionando, sin descanso. Y, es una prueba más de que la limitación en la mente la establecemos nosotros mismos, con prejuicios, ideales, leyes y prototipos que nos encargamos de tatuar a fuego lento en nuestra "lista de cosas adecuadas" que has de tener siempre presente antes de actuar.
Dicen que debemos "contar hasta diez antes de".  No sé hasta que punto estoy de acuerdo, el impulso es algo que nace dentro de nosotros, es algo bello. El impulso es algo que lleva nuestro nombre, nuestro apellido. Él es sincero, conciso, transparente, admirable en cualquier caso. Y sí, no siempre traerá buenas consecuencias pero ha de ser horrible vivir cohibiéndose, temiendo las consecuencias y rezando por no tropezar con las malas. Me pregunto cuantos impulsos frenáis al día.
¿Cuál será la media mundial de impulsos cohibidos por persona al día?. Obviamente, no considero que exista limitación dentro del propio impulso, pues como tal, es ilimitado, y por ello, quizá, a veces, incomprendido.
Y quizás el quit de la cuestión sea ésto, el hecho de que "límite establecido" sea, por definición, miedo a la incomprensión.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pensamientos difíciles

Sopla el viento y yo tengo frío, dejo que esta sudadera me abrace, no sé si por miedo a que podáis leer en mi piel lo que siento, o simplemente porque tengo frío. Tic tac, tic tac. El tiempo no frena.
En mi cabeza ronda un sentimiento que me hace pensar, imaginar, desvariar. Pensamientos difíciles, de ese tipo de pensamientos que necesitas tragar saliva un par de veces para poder digerirlos. Es un pensamiento que hace bailar a todos tus órganos, al son de latidos sin descanso, un pensamiento que tatúa una melodía en tu interior. Y todo da miedo, el baile, la música, y el pensamiento, porque cuando finalmente vuelves a pensar en él quisieras condenarte por ello. Pienso en ese pensamiento difícil y automáticamente quiero archivarlo en el baúl de cosas que no debería pensar, ese baúl para el cual pedimos clemencia al tiempo, a la vida.
Y la sudadera aún me abriga. Me siento mejor, quizás será porque la capucha cubre mis ideas, mis pensamientos difíciles.
Cierro los ojos por si alguien supiese descifrar mis miradas. Aspiro y quisiera tragarme los rayos de Sol para iluminarme por dentro, para desnudar mi miedo, para gritarte, para quemar todo aquello que te molesta, todo esto que me duele.

Y no sé, Dios, no, no, no lo sé. Empiezo a no saber nada, a no conocer como me miras, a no conocerme cuando te miro. Si acaso seguimos mirándonos, a lo lejos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Hermanos.

Hermano, me parte el alma verte llorar, y me siento tan cobarde por no encontrar las palabras contigo que agacho la mirada, encojo el alma, y te abrazo. Quisiera decirte que de todo se sale, pero a quien voy a engañar, yo sigo asfixiándome, y no sé si tú encontrarás oxígeno en tu día a día, pero deseo con todas mis fuerzas que tu sonrisa no se apague, y que seques esas lágrimas enfrentándote al mundo, a la realidad, a lo jodido. Mataría por evitar tu dolor, moriría con tal de no sentirte triste, porque nunca me había parado a pensar en que tus lágrimas me duelen aún más que las mías. Debe ser la sangre, esa que nos corre por las venas y calza el mismo calibre.

Eh, tú, valiente como siempre.

Mi pequeño poli, te quiero, te quiero con todas mis fuerzas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Música y luces.

Supe que sería duro, no imaginé que eterno. Y es triste pero, quien un día se equivoca, se pudre con ese peso, y no existe peor castigo.
Rodeada de luces, música y amigos, nada debería fallar, excepto que la sonrisa se oxide, húmeda de tantas lágrimas. Y, este el caso. En mitad de un pub escribiendo líneas que me alivien este vacio.
Llueve sobre nevado en mi cielo particular. Aquí no hay paraguas, salvo aceptar que si se me arruga la ilusión y se corre la tinta de mis sueños es más culpa mía que de la propia lluvia.
Perdonarse a uno mismo es tan difícil como aceptar que eterna no es más que tu huida, a tiempo, así que ha de ser ella tu victoria en nuestra guerra.

Nadie puede calibrar el amor ni evitarlo, y quizás la ironía de la vida sea esa, ser solo dueño de lo único indomable: el corazón

jueves, 9 de septiembre de 2010

Déjame vivir, "merci".

Dejo correr el reloj mientras me pregunto, casi llorando, si nuestros besos seguirán siendo nuestros, me pregunto si cuando regales tus labios a otros labios lo harás de la misma forma en que lo hicimos nosotros. Aquella forma mágica de hacer chocar los deseos, totalmente desnudos y conectándose, fue lo único que nos quedó al despedirnos. Lo añoro, aquello era lo que llamábamos besarnos coloquialmente pero lo que, en realidad, era transportarse a otra galaxia. Que gilipollez, aún espero a que llames, aún duermo abrazando mi almohada fuerte, muy fuerte, como contagiándola a ella de todo esto.

Imaginaos. El corazón es el órgano más rebelde del patio, siempre incumpliendo las leyes, siempre a la deriva, siempre contra la razón, directora del instituto pero profesora de nadie, y así le va, relatando la teoría sin tener ni puta idea de practicarla. Me hace gracia, siempre intenta inculcarnos un deber que ni siquiera ella (la razón, directora) puede realizar. Lo de directora es un decir, aquí quien dirige es él: el corazón. Dueño del patio, dueño, y protagonista, porque la vida está en la calle y no en los despachos del alma. La razón es como ese ente superior que supuestamente existe pero nunca se codea con sus alumnos, por eso, sus alumnos, ni la aprecian ni consideran. La razón es como ese jefe que viste traje y corbata y que nunca se deja caer por la oficina, simplemente garabatea todos los contratos.

La razón, pero, ¿quién coño se rige de una manera razonada?

Respiro, justo aspiro, como suplicando. Aspiro a entenderte, no sé a que estás jugando tú.

martes, 7 de septiembre de 2010

Buen viaje compañera.

Casi pierdo el bus. Allí, sentada, encuentro recuerdos en las calles sin quererlo.
El mundo gira rápido, y yo despacio. He quedado para tomar un café, un café lleno de nostalgia y en silencio pienso que voy a echar de menos a esa persona con la que llevo catorce años compartiendo pupitre, y hoy, nos separaremos durante un tiempo, aunque, durante siempre, no volveremos a compartir pupitre. No sé si me explico, se acabó una etapa, y si algo voy a echar de menos, es a esa chica de sonrisa eterna, eso que el mundo llama "mejor amiga". Londres le espera, y espero que le aguarde grandes momentos y que a su vuelta siga en todo su explendor ese brillo que hace que el mundo merezca más la pena, sí, ese mismo mundo que asesina, envenena y ensucia el mío.

No llueve pero no hay Sol, tampoco habrá Luna esta noche. Hay quien posa sus pupilas en las mías, no sé si se percatan pero ya no quiero seguir luchando por frenar lágrimas en tono sepia, no me importa desnudar mi dolor, echo de menos lo que se fue y voy a echar de menos a quien se va.