martes, 17 de abril de 2012

Sin, sentido; con, contigo.

Me dejas los lunes para echarme de menos los domingos, te balanceas en tus martes sin piedad de mis miércoles, vuelves los jueves y pienso que me guiñarás tu viernes, pero sólo algún sábado consigo quedarme en tu domingo. Vuelve el lunes; te vas con él.
Maldito ciclo mortal que me da vida.

Pienso en ti sobre las aceras de otras ciudades, porque pienso que allí podríamos empezar de 0, cuento hasta diez y recuerdo que a veces, uno más uno, no somos dos.
Ya lo saben, hay sumas que te restan. Y tú eres mi suma favorita, aunque no me des resultado.
Tú y tus extrañas matemáticas, yo y mi dolor de cabeza.


Quizás le falta sentido y por eso te siento tan conmigo, tú puedes ser cuerda que yo seré tu -loco- sonido.

Recuerda que no me duele más que a ti, estoy bien, cada vez que tropiezas me convierto en abrazo. 

lunes, 9 de abril de 2012

P. 365

P. 365
Me conformo con la estúpida sensación de pensar a tu lado, me ladeo cuando jadeas, por la inercia que provoca tu espalda. Tengo tu boca tan lejos que puedo recordarla con intensidad. Te llevas mis abrazos en la maleta, siempre encendidos, por si se acerca la tormenta. No olvides que con ellos puedes naufragar, con los -tan nuestros- abrazos.
A veces maldigo tu cara del imán, tan cerca, casi apunto de fusionarme con ella. Conozco tu ombligo, y puedo girar sobre él, es cuestión de equilibrios, y este es mi favorito.
Quiero conocerte porque me gusta el nosotras en silencio. Sé que cuando me oyes gritar me tiemblas por dentro, no puedo sentirte mía pero sí conmigo.
Nunca me encantó tanto caerme, aunque hoy quiera levantarme.
A veces quiero guerra, a veces paz, te quiero y a veces solo olvidar.
Me desquicias con tu vicio, eres mi perfecta ración, debería admitir que llevabas razón.
Eres mi accidente favorito, podrían multarme por excesos.
A veces me balanceo porque me gusta tu vértigo.
Mejor que sea solo a veces, ¿no?
Libre, para ser lo que eres, así te conocí y así te quiero.