domingo, 30 de mayo de 2010

Facultad de Comunicación y Documentación.

Si has llegado a este blog, ha sido por pura casualidad, y por pura casualidad vas a conocer mediante un anuncio a una de las personas más importantes para mí: Ana del Toro Pérez.

Enhorabuena. Continua, continuemos, hacia delante y sin miedo.

sábado, 29 de mayo de 2010

No se preocupe, dispare.

Sé que nadie lo entiende, y he llegado a tal punto de desasosiego en el que ya no me importa si estoy loca o no. Nunca busqué cordura, así pues, no la busquéis vosotros en mí.
¿No entendéis que mi silencio no es más que un grito? Ya no me pregunto porque, ya no me pregunto, porque ya no dudo: es lo que quiero. Y si no soy coherente, solo alagaré en mi defensa que no hay más loco que aquel que no lucha por lo que siente, aunque ésto le hunda en la más mísera mierda.
No quiero más disfraces, no quiero más corazas. La vida es sentir, y sentir, en demasiados casos, implica sufrir.
Sufrir...Ese verbo que tan sólo pronunciar ya duele, pero, si algo sabio he aprendido es que solo con el dolor se aprende, solo con él se avanza.

Aquí me encontrarás, al descubierto y en pleno campo de batalla, condenándome a mí misma, aceptando que dispares; adelante, rómpeme o sálvame según sientas, pero haz algo, porque el silencio no es más que un grito sostenido con forma de interrogación

...y a mí, tu incógnita me está pudriendo el alma, así que, sin pudor cariño, hazlo.

viernes, 28 de mayo de 2010

miércoles, 26 de mayo de 2010

¡Vámonos!


Fin.
Se acabó, me quedan sólo 3 exámenes y los hago PORQUE ME DA LA REAL GANA, osease, subidas de nota.

A la mierda con el bachiller.
Pero eh, poquitas celebraciones, que ahora viene selectividad. Esa palabra que llevo escuchando todo el año día tras día en boca de mis profesores.

Continuemos pues.

lunes, 24 de mayo de 2010

Lo que ya NADIE entiende.

¿Por qué me tildáis de loca?

Al menos soy valiente por aceptar que sigo enamorada de ti.
Al menos, no me aferro a verdades a medias que llenan corazones conformistas.
Al menos, aunque me destruya, mi verdad es plena.
Al menos yo ya no me escondo y lo grito, que si mi vida es un camino, yo tan sólo necesito tu gasolina, porque ya me inyecté otras que me hicieron tropezar.

(...)

Maldito final de bachiller, maldita selectividad...¡malditos libros!
Quiero irme de tapas, emborracharme, tomar café...pero sin presión. ¡Cuando todo ésto acabe no pienso desperdiciar ni un sólo momento!

domingo, 9 de mayo de 2010

Y sigues sin entenderlo.

Débil e indefensa, hoy he sentido como se desnudaba mi alma, soplaba frío glaciar y yo, mirándote sin más, en plena Antártida. Tú no ofrecías abrigo y tus ojos, rehuyéndome, empujaban al océano.

Dos minutos después, al salir, no había nadie en mi calle, el sol, pálido y sin mucha fuerza hacia de mi sombra mi único acompañante. No hacía frío, ni si quiera llovía, pero éste vacío interior hubiese congelado un volcán.

Entiende que, tu casa, es otra dimensión, sin duda vive a otro lado del mundo, ahora frío.

viernes, 7 de mayo de 2010

I Guerra Mundial

Ya te vas y sé que no me queda tiempo, pero no quisiera continuar sin antes recordarme a mí misma que si mi piel fue partitura y la tuya instrumento, compusiste la banda sonora de mi vida, aunque ésto ya no importe, aunque ésto forme parte de tu olvido y de mi maldito y eterno presente dibujado en cada noche de Luna llena futura. Y éste es el problema, éste es mi problema cariño, no consigo trazar las líneas de mi vida sin tu color.
Me siento vacia sin ti, sin combustible pero tampoco destino que alcanzar, así que, ¿qué importa?

Y así, sin más, dejaré pasar mis días, buscando. Buscando en silencio, disimulando la I Guerra Mundial que se desarrolla dentro de mí misma. Así, sin más, jugando a vivir con éste corazón, contra la maldita ley de la gravedad que tanto me achaca contra el suelo, frío y duro, como tú. Como tú, ahora que no nos queda tiempo, claro.
Por eso, yo, me aferro al tú que fue caliente y confortable, el tú que no permitió ni mi sueño, ni mi hambre, ni mi frío, ese tú que quizá ni exista ya.

Las promesas y los sueños se disuelven en el amargo sabor de cada lágrima.
Ahora, me dirijo hacia otra dimensión, la del olvido, y lo hago cabizbaja, con los ojos vendados de falsa ilusión y lo que es aún peor, creo que no llevo el corazón encima y, no quisiera regalarme la mala suerte antes de tiempo, pero en ese caso sería inútil el trayecto, sería inútil mi sumersión en olvidar. No debería pero, deseo tener que retroceder en este camino porque suene el teléfono, y sea tu nombre quien encienda mi noche, seas tú, quien traiga un poco de luz ante tanta oscuridad, porque la Luna se queda contigo, cada noche, no olvides, bajo tu colchón.