sábado, 29 de mayo de 2010

No se preocupe, dispare.

Sé que nadie lo entiende, y he llegado a tal punto de desasosiego en el que ya no me importa si estoy loca o no. Nunca busqué cordura, así pues, no la busquéis vosotros en mí.
¿No entendéis que mi silencio no es más que un grito? Ya no me pregunto porque, ya no me pregunto, porque ya no dudo: es lo que quiero. Y si no soy coherente, solo alagaré en mi defensa que no hay más loco que aquel que no lucha por lo que siente, aunque ésto le hunda en la más mísera mierda.
No quiero más disfraces, no quiero más corazas. La vida es sentir, y sentir, en demasiados casos, implica sufrir.
Sufrir...Ese verbo que tan sólo pronunciar ya duele, pero, si algo sabio he aprendido es que solo con el dolor se aprende, solo con él se avanza.

Aquí me encontrarás, al descubierto y en pleno campo de batalla, condenándome a mí misma, aceptando que dispares; adelante, rómpeme o sálvame según sientas, pero haz algo, porque el silencio no es más que un grito sostenido con forma de interrogación

...y a mí, tu incógnita me está pudriendo el alma, así que, sin pudor cariño, hazlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario