miércoles, 14 de abril de 2010

Largas y eternas noches de estudio

5.04 am.

A mi lado, Candela. Ambas llevamos toda la noche estudiando, sin dormir y por fin llega el ansiado momento. NOS ACOSTAMOS, dos minutos después la oigo respirar profundamente mientras la inspiración golpea las puertas de mi alma, no quiero despertarla pero necesito plasmar lo que siento, el corazón, en cada latido explota, así que un impulso me hace empezar a escribir, de repente, ella hace lo mismo, y así, tumbadas, sobre un frío colchón desahogando nudos en garganta. Ninguna podía dormir sin antes volar. La inspiración NUNCA avisa. No tenía fuerzas, pero no podíamos no hacerlo.

"Con un beso en los labios, un verso en la pluma y un corazón roto. Amor, cuánto duele ser feliz sabiendo que hoy vivir me sabe a poco.

Como poeta sin tinta ni pluma, vaciaste de un sorbo mi Luna. Desintégrame el alma sin miedo, esta noche arranco y golpeo mi ser, grito que no te quiero, y que difícil auto engañarse cuando la verdad sostenía sonrisa en mejillas paralelas, dí adiós; hora de marcharse, confiesa: no pedirás cena, apagaré las velas, dormiré con un resquicio de tu olor, porque nada se olvida, mi vida, volvemos a ser dos, pero recuerda las promesas, tú me dabas alas, pero ellas no vuelan, no permitas que huyan, atentamente siempre tuya."

1 comentario:

  1. Tú precisamente no debes jamás no plasmar lo que la inspiración te traiga. Jamás. Porque de esa cabecita brotan maravillas; dormir para los que no tengan otra cosa que hacer :P!!

    ResponderEliminar