jueves, 25 de marzo de 2010

Bien, sin más.

Viviendo, con el fervor de un deseo, la paz de una calada.
Aturdida en el tránsito rutinario entre los escombros de mi alma, ahora, vertidos ante ti.
No dejo de preguntarme en que momento me tomé el derecho de soplar tornados en tu desierto, pero las preguntas son efímeras mientra exista tu sonreír a mi compás.
Bebo, disfruto, hoy no busco más.

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