viernes, 6 de mayo de 2011

La casa.

La casa de mis sueños debería no ser cuadrada, ser triangular, por ejemplo.
Debería ser extravagante, elegante. La casa de mis sueños debería no poder soñarse nunca. La casa de mis sueños debería tener una piscina verde y un césped azul. No quiero mesas cuadradas ni cabezas cuadradas dentro.
Mi casa perfecta, la casa de mis sueños, ha de tener un techo transparente y dormirme contando estrellas, poniéndoles nombres, o transparente pa' no mirarlo ni una vez pero poder hacerlo si quisiera. La cama ha de ser grande, y al menos tener una habitación vacía con suelo, pared, esquinas y etcétera forradas de colchón para rodar haciendo el amor sin chocarnos con nada, ni con nadie, nadie de nadie.


La casa de mis sueños ha de tener un espejo, sólo uno, de cortesía, en el techo de otra habitación. Bueno, quizá debería tener dos, uno para los invitados en la entrada.

La casa de mis sueños debe tener caramelos y frutos secos en la repisa de la cocina. Un armario lleno de golosinas, y otro de chocolatinas.

La casa de mis sueños, sobre todo, para ser la casa de mis sueños, debe ser nuestra casa.

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