sábado, 28 de agosto de 2010

Bla, bla, bla.

Te arrastras por el pasillo, divagando, hacia tu cama. Te desprendes de la ropa, con desgana. Como un robot, te dejas caer sobre el colchón, intentando dejar la mente en blanco, o en rojo, amarillo, o verde, me da igual, pero sin el tú. Intento en balde.
Esta noche hace calor pero abrazas las sábanas arropándote, con todas tus fuerzas, como si te sintieses más segura, totalmente protegida por un mísero trozo de tela.
Miedo, debe ser miedo. Dos, quizá tres, vueltas sobre mí misma, buscando una postura cómoda, una postura que no existe, porque el alma no entiende de comodidades.

Nunca me he considerado valiente, tampoco cobarde, pero a veces el miedo fluye, alimentándome. Es humano, supongo. El mundo no suele ser empático, es fácil hablar, opinar, conocer la teoría, pero el mérito reside en otra historia.
Pensando, he llegado a la conclusión de que establecerse metas no es lo más idóneo, quizá sea mejor dejar la vida fluir, sin rendirse, dejar que todo siga su cauce, lo que ha de ser, será. No establecerse metas no implica no luchar, implica luchar sin obsesionarse, sin obligarse a.
Me jode, me jode que el mundo se dedique a establecer parámetros, límites. No has llorado la historia pero hablas de lo que consideras ético en ella, de lo que no. No hay coherencia en la guerra, y menos en una sentimental. Silencio, pido silencio, respeto.
Tú no has llorado mi historia, tú no has sangrado mi herida.

¿Quién osa a pesar el dolor de una lágrima?

Intentaremos dormir, aunque sea por rutina.

2 comentarios:

  1. sé que uno no puede realmente entender algo hasta que no pasa por ello pero, yo creo firmemente en la empatía, la veo tan necesaria como el pan de cada día.. tb sé que no es lo mismo ponerse en el pellejo de alguien que dar consejos fáciles que intenten restar importancia a algo que sí la tiene.. no sé mona, creo que todos intentamos ayudarnos y comprendernos como podemos, pero no, por supuesto, juzgarnos ni ponernos a limitar el tiempo de superación que requiere algo.. y si alguien intenta hacer eso es que no te quiere como yo te quiero :)

    ResponderEliminar
  2. Sin límites, creo, viajaríamos a la deriva...
    La tendecia entrópica del ser humano lo hace dependiente de normas y limitaciones, que han de ser vistas no como paredes opresoras de nuestra creatividad si no como referentes en los que apoyarnos para encauzar nuestra existencia.
    Desde luego el debate es complejo y el constante dilema entre libertad individual y sociedad hace de él un "sagrado misterio" imposible de resolver.
    La clave es, según mi opinión, "Vive y haz vivir", siempre prestándote a los demás , sin intención crítica, y dejándo que los demás se presten a ti, con el comodín de "quiero estar sólo" siempre guardado en el bolsillo.


    Ya estoy por aquí Naskiu, me gusta mucho leerte, espero hacerlo con frecuencia y que me correspondas, un fuerte abrazo.
    Vic.

    ResponderEliminar